Lodos rojos
Lodos rojos
El lodo rojo está constituido principalmente por óxidos de hierro, aluminio y titanio, y en menor cantidad por silicio, oxido de calcio y álcalis. Generalmente, también contiene elementos traza como el fósforo, vanadio, manganeso, cromo, magnesio, estroncio, cinc, circonio y galio.
El lodo rojo presenta un principal problema: su adecuado almacenamiento. Este residuo presenta diversas propiedades que dificultan su vertido y almacenamiento, entre las que se incluyen una elevada alcalinidad (pH del orden de 10 o incluso mayor), alto contenido en agua (aproximadamente 60%), y características físicas parecidas a la arcilla mojada
El modo de enfrentarse a este problema es diverso, llegando incluso a realizarse el vertido marino, si bien generalmente el lodo rojo se almacena en grandes balsas. En climas áridos, el apilamiento en seco, un método que emplea la radiación solar para concentrar el lodo, se propone ahora como el mejor método disponible. Este método de apilamiento en seco requiere grandes áreas de secado, lo cual aumenta la posibilidad de generación de polvo. La re vegetación de las balsas también ha sido propuesta , a pesar de los importantes factores limitantes (por ejemplo, elevado pH, alta salinidad, baja porosidad, y ausencia de nutrientes o constituyentes orgánicos).
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